Durante el mes de enero de 1996 comenzaron a juntarse en el cuartel varios hijos y sobrinos de voluntarios de la compañía, en dichas reuniones entre otras cosas se enseñó a los jóvenes a lanzar tiras y unir pitones.  Ante esto, en sesión ordinaria de compañía, celebrada el 22 de enero del año 1996, “Toma la palabra el Teniente 1° Interino señor Cristian Menzel Dockendoff, para señalar que hay una gran inquietud de parte de algunos señores voluntarios de la compañía y en el cual muchos de ellos son padres de familia y desearían que sus  hijos siguieran la tradición de ser bomberos NONOS, por lo que sería bastante interesante la posible creación de la brigada juvenil de la Novena, quien podría estar dirigida por el voluntario honorario señor Francisco Escobar Alarcón y el voluntario activo don Marcelo Crespo, ambos voluntarios poseen una gran experiencia al respecto, lo cual sería de gran beneficio  para la compañía y de esta forma nos estaríamos asegurando de un futuro de insospechadas proyecciones para la Novena.”

Luego de dicha sesión, se invita a los entusiasmados jóvenes hijos y sobrinos de voluntarios, además de vecinos que frecuentemente visitaban el cuartel o que en bicicleta seguían la bomba a través de las calles de nuestro barrio, a la presentación de la brigada ante la compañía en el marco de un ejercicio de compañía en la estación naval metropolitana donde se efectuó una quema controlada.
En las reuniones venideras se integraron más jóvenes, se trató el sentido que debía tener este emergente grupo de jóvenes y se estableció una oficialidad provisoria, la que estuvo compuesta por los siguientes brigadieres; Capitán Cristian Menzel Bueno, Teniente 1° Francisco Acuña Fuenzalida, y Ayudante Piero Tardito Aguilera. Durante este primer periodo, la brigada tuvo como uniforme, una polera blanca, jeans azules y bototos negros, agregándose posteriormente un quepí negro con el escudo de la compañía.

En los meses siguientes se consolida la brigada, formalizándose su funcionamiento en ceremonia celebrada el día 14 de agosto, fecha fuertemente cargada de simbolismo que desde entonces ya no solo recuerda el triste pesar de la pérdida de 3 compañeros de ideal, sino que pasa a ser una fecha de jolgorio y esperanza, bautizándose además la brigada con el nombre de nuestro mártir Raúl Olivares Agar, muerto en acto de servicio el 14 de agosto de 1983.