Reeditamos este artículo publicado hace unos años para conmemorar a nuestros de nuestros mártires y también para homenajear a uno de nuestros Voluntarios más representativos como lo fue Roberto Busquets P. Nuestro segundo caído, Benjamín Fernández Ortiz había ingresado en 1931 a la Novena, falleciendo en 1956 con 24 años de servicio.

I

 

 

 

 

Izq: Benjamín Fernández O. en sus primeros tiempos al frente de la Bomba Saurer en los años 30. Der: El óleo que lo representa como un hombre mayor, y que nos acompaña en nuestra sala de sesiones.

Un hombre mayor, ya ciego, conversa animosamente con un joven voluntario de bomberos sentados en el jardín de su casa. Él es un respetado bombero, Roberto Busquets Punti, de amplia trayectoria como oficial de la Novena Compañía “Bomba Yungay” y por cierto en el Cuerpo de Bomberos de Santiago como ex Comandante. El joven voluntario era yo, quién en mi afán de recopilar la memoria histórica de la Compañía había decidido realizar una serie de entrevistas a las primeras antigüedades, dejándolas registradas en audio.

Conocí en esta entrevista su inmensa trayectoria como hombre de montaña, y su más amplia vida como bombero, que se inicia en 1946. Debo decir que, pese a su limitación parcial, don Roberto era dueño de una memoria prodigiosa, de un conversar fluido y además, de una muy buena recepción con los voluntarios más nuevos, la visión para él, no era ningún impedimento ni limitante.

Estábamos en su casa de La Reina compartiendo un café y fumando en medio de esta entrevista cuando llegamos al tema de Benjamín Fernández, mártir caído un 22 de Noviembre de 1956 en Román Spech con Nueva Matucana. Su tono de voz cambió, sus recuerdos tomaron una gran emocionalidad. Hizo un relato detallado del incendio, del como sacaron a los bomberos heridos como “Panchote” Passalaqcua y el mencionado Fernández, pero había algo más fuerte en su memoria que la misma cronología de los hechos.

El recuerdo más fuerte que tiene Busquets tiene que ver con las decisiones que debió tomar en su calidad de Capitán. La primera fue la orden que rechazó del Comandante, quién le dio la retirada a la Novena para asistir al Servicio Médico Legal. “La Novena se queda hasta que se dé por terminado el incendio”, considerando la moral dañada de la compañía por el sufrimiento de un viejo camarada caído, don Roberto me comenta, “sé que fue duro, que fui duro, pero como montañista alpino he forjado un carácter”, debíamos mantenernos en lo que hacíamos, era una forma de honrar la memoria de Fernández. Su experiencia, en los Himalayas con la expedición argentina habían hecho de don Roberto un hombre fuerte en sus convicciones. Eran otros tiempos, cotona de cuero y toalla.

Roberto Busquets como montañista

La siguiente decisión fue formar a la Novena, la cual, cansada por la fatiga de un trabajo extenuante, con el ánimo dolido debió tomar una posición firme. “A varios les llamé la atención en forma bien enérgica, eso también tiene que ver con el temple formado en las alturas”. Desde allí caminaron en formación al Servicio Médico Legal. De esa formación y los rostros está la foto principal de este artículo. Véanla, pues yo la he visto muchas veces, aprecien el rostro y la postura del Capitán, es un testimonio gráfico de ese momento.

La entrevista terminó después con otros recuerdos del acontecimiento como los funerales y discursos, además de apreciaciones de su vida bomberil y personal. En una tarde de primavera, un gentil hombre que fuma tranquilamente una pipa rememora al Capitán que fue, al hombre erguido que llevó con firmeza a una Compañía de Bomberos, a su momento más trágico, perder un camarada en un acto del servicio. Hoy Roberto Busquets y Benjamín Fernández descansan en paz.

Por: Voluntario Activo Daniel Raposo Z. y Equipo Redes Sociales