Este relato se basa en las crónicas del Libro de Guardia de oficiales, Memorias del CBS y un poco de literatura para dar sentido y vida al relato. Pronto se podrá leer más en “Crónicas del Siglo XIX”.
Después de decir firmes por primera vez, los noveles voluntarios de la Novena no tenían nada aún, solo la formalidad de estar constituidos oficialmente. El Comandante Ignacio Santa María y el Secretario general Emiliano Llona aseguraron que los recursos estaban, y que solo era cosa de días para que llegaran. Los voluntarios estaban inquietos, no por dudas, sino por querer participar activamente del servicio. Se elige una primera oficialidad.
Junio
Comienzan los arreglos del cuartel. Lo primero es diseñar un espacio para la fuerza motriz de la bomba que llegaría, los caballos. Se construye la caballeriza y pesebrera correspondiente. Se arregla además la sala de máquinas, la bomba a vapor que llegará pronto es pesada y necesita una buena losa. En el segundo piso se instala un salón de sesiones provisional, con unas cuantas sillas y una mesa, todos los enseres son donados por familiares de los voluntarios y vecinos. La casa que había donado Aniceto Izaga en Libertad con Santo Domingo ya tomaba la forma de un cuartel de bomberos.
Una de las primeras órdenes del día firmadas por el Capitán decía que los Voluntarios que quieran ir a un incendio deben incorporarse a la Quinta Compañía. Esta misma había prestado una dotación de cascos de cuero modelo americano, los bomberos ya estaban recibiendo sus guerreras azules y sus cinturones de doble hebilla. El costo de los cascos es grande, y en vez de encargar 80 al importador solo se encargan 50. Al 2020, un siglo después solo uno de ellos sobrevive y está en el museo del Cuerpo.
En los incendios de este periodo la compañía no asiste por no tener material aún. El 25 renuncia Santiago Aldunate Bascuñan, sus responsabilidades políticas lo deben alejar de la bomba. Asume Casimiro Domeyko Sotomayor. Por fin llega material desde la Comandancia; 6 tiras de cuero y 6 de lona, 8 fardos y 2 pitones con 5 boquillas intercambiables.
Julio
El 11 llega el primer carro portamangueras, un gran carrete montado en una carrocería empujado por un caballo, el 23 ya está listo para entrar en servicio. En jerga bomberil se le llama “El Gallo”. Ese día asiste el primer voluntario a un incendio, Eduardo Valdivieso, quien trabaja con la Quinta en Nataniel 127, se quemó la casa de la Sra. María Argomedo, quién fallece en el lugar. El fuego daba una dura bienvenida.
El voluntario Valdivieso sigue asistiendo a incendios y se van sumando otros como Fabres y Pérez. La Quinta realiza la primera academia de uso del “Gallo”, es dirigida por su Capitán Eduardo Fernández Julio, hermano de nuestro Voluntario Luis, y familiar de varios más. El 28 a las 4 de la madrugada se declara incendio y asiste el «Gallo», pasan lista 3 voluntarios. El servicio comenzaba a tomar forma.
Carro portamangueras, las cuales iban enrolladas en espiral en el eje trasero. En el cajón iban los pitones y otros materiales como llaves para abrir grifos.
Agosto
La Novena recibe su primera bomba, era la “Mapocho” de la Primera Compañía, venía en muy mal estado. Continúan las academias de entrenamiento con la Quinta. La comandancia sigue enviando más material y varios voluntarios ya han asistido a incendios con la Quinta.
Bomba a Palanca «Mapocho»
Septiembre
Ahora las academias son con la bomba a vapor de la Quinta, pronta a ser nuestra, pues ellos ya habían encargado una nueva a Inglaterra y comprometieron la venta a nosotros. La Novena concurre a su primer incendio con la Bomba “Mapocho” y el “Gallo”. Calle Moneda, casa de Julio Borrea. Fueron 4 horas de trabajo, se aplicó todo lo aprendido en las academias, asistieron 19 voluntarios.
Por temas laborales debe renunciar el Capitán Casimiro Domeyko S. y asume el mando Luis Fernández Julio. El voluntario que más había ido a incendios, el Sr. Valdivieso es premiado y reconocido asumiendo el cargo de Teniente 1°.
Ese año se entregan las primeras llaves de mangueras. Hoy una de ellas sobrevive, y está guardada por los descendientes del Voluntario fundador Hermenegildo Ceppi.
Octubre
También hubo problemas, la bomba a palanca no funcionaba bien y se reventaban tiras en los incendios y los caballos no se adaptaban bien a ella. Llegan los cascos americanos de cuero y se devuelven los prestados por la Quinta. Al Gallo se le ponen faroles, un cajón porta gemelos y campanillas.
La tragedia nos golpea por primera vez. Aniceto Izaga González, hijo del fundador y también participe de esta aventura, fallece manipulando un arma en su domicilio. Fue un duro golpe para su padre y sus amigos bomberos.
Se estrena nuestro primer estandarte, es donado por la Sra. Ignacia Prieto, viuda de Tupper. Es de color azul gris con inscripciones con hilos de oro.
Noviembre
El 11 se declara incendio en el Club Hípico, la Novena voló por las calles de adoquines y tierra con su bomba a palanca “Mapocho” y su “Gallo”, la gente miraba la loca carrera de los caballos y se maravillaba escuchando las campanillas y los faroles de los carros, el símil de sirenas y balizas hoy en día. La Novena llegó primera, armó pitones y le dio agua a las otras compañías. A ese incendio asistieron todos.
Diciembre
Aniceto Izaga C. dona un caballo de su fundo en Buin. El sr. Manuel Madrid dona otro, “Tordillo”. Estos trabajaran con “Pirinola”, “Santa María” y “Alegre”. Es de imaginarse a la bomba a palancas yendo a toda velocidad con el Cuartelero gritando con las riendas en las manos; ¡Vamos Pirinola!, ¡Vamos Alegre!.
Dentro de poco todo cambiará, instalan el teléfono y timbres en el cuartel. Llega un carro porta carbón (necesario para alimentar la caldera de la Bomba a Vapor). La bomba a palanca es limpiada y guardada al fondo, quedará fuera de servicio.
1° de Enero de 1893
A las 8 de la mañana se recibe la bomba a vapor «MerryWeather an Sons» en la Alameda con San Martín. El batallón de músicos “Constitución 1° de línea” está formado para la ocasión. La quinta asiste en pleno y sus oficiales Carlos Rogers, Benjamín Dávila Larraín e Ignacio Santa María despiden su querida máquina.
Hoy la bomba Merryweather descansa en el cuartel de la Quinta. (Ambas fotos gentileza de la Quinta Compañía)
Aniceto Izaga encendió el fogón de la bomba, los oficiales estaban al pitón esperándolo, luego nuestro fundador toma posición con ellos. Todos estaban expectantes, la bomba humeaba y tiraba vapor por todas partes, sus válvulas y pistones funcionaban con fuerza contenida. El Director Aniceto Izaga y el Capitán Luis Fernández Julio se quedan mirando sonrientes, y con un gesto de aprobación gritan: ¡Aguaaaaa!. Por la manguera y pitón salió un fuerte y gran chorro, en ese mismo instante la banda tocó el Himno de Chile, las compañías y la gente que miraban aplaudía y daban gritos de júbilo. Era un gran comienzo.
1 de Enero de 1893, ya devuelta en el cuartel con la Bomba a Vapor (izq) y el «Gallo» (der)
Por: Vol. Act. Daniel Raposo Z. y Equipo RRSS