“Su acción ha sido inolvidable dentro de la Novena. Tenía la virtud personalísima de atraer y ganarse los que hasta él llegaban por un trato verdaderamente seductor, por la fluidez de una palabra cálida que respiraba sinceridad, por la expresión de una sonrisas donde se vaciaba espontánea todo la bondad de su gran corazón”.
Guillermo Pérez de Arce, Director y Voluntario Fundador.
A continuación se presenta la biografía de nuestro fundador a 121 años de su muerte, con datos que hasta hace poco estaban guardados en textos que se estaban perdiendo en el tiempo. Espero disfruten la lectura de estas líneas que nos muestran la vida de un hombre que lo tuvo todo, y que también lo dio todo a quién lo necesitase.
Aniceto Izaga Costa nace en Lambayeque, Perú el 15 de Junio de 1839. Es hijo de inmigrantes vascos radicados en la zona norte de dicha nación. Realiza sus estudios en Valparaíso, en el colegio “Goldsmith”, donde se educa en materias mercantiles y administración económica.
Vuelve a Perú, pero no habiendo oportunidades para los estudios que él había desarrollado se traslada hasta Huasco, donde el auge de la minería estaba dando oportunidades a personas instruidas en materias afines. Administrando negocios locales, destaca por su manejo y una personalidad que atrae a las personas y que le permite hacer buenos tratos comerciales.
Luego pasa a trabajar para la sociedad de José González Bruno, quien era dueño de los fundos “Perquenco”, “San Ramón y Maiten”, “Huilquilemu”, además tenían sitios agrícolas en Huilquelemu, Panguilemu, El Sauce, Lircay, Lo Aguirre, Chacra “La Merced” junto con 8 casas quinta en la ciudad de Talca y dos casas en Santiago.
José González principalmente se dedica a la minería y la extracción de la Plata siendo dueño de territorios mineros en Huasco, Copiapó, Freirina, Carrizal Alto (con las minas “Testamentaria”, “Portezuelo”, “Porvenir”, “Bezanilla Alta”, “Mercedes”, “Descubridora de Pajonales”, “La Estancilla” y “Veta Negra”). También era accionista ferroviario, prestamista a los pequeños dueños de minas y miembro de sociedades navieras. Revisando sus posesiones vemos que se trata de un importantísimo empresario y terrateniente. Aniceto Izaga administra de gran manera sus empresas ampliando los resultados productivos, destaca su buena relación con sus obreros, ya que comprende que ellos son la fuerza que empuja los éxitos de la Sociedad González.
El 4 de Agosto de 1866 y residiendo en Freirina, obtiene la naturalización en la Republica (nacionalización), documento visado por la Cámara de Senadores. Si bien sus padres eran vizacainos y su suelo materno era Perú, eligió a Chile como su tierra para vivir el resto de su vida.
Documento que entrega la ciudadanía a Aniceto Izaga C.
Tiempo después y debido a los éxitos en todas las áreas, Aniceto Izaga pasa a ser socio de su jefe, formando la pujante “González, Izaga i Compañía”. No solo eso, luego se convierte en su hijo político al casarse con su hija Edelmira González Julio. Tienen 6 hijos; Leonor, Aniceto, Tomás, Mercedes, Miguel y Bruno.
La fortuna creció de gran manera bajo la tutela administrativa de nuestro fundador, ampliándose a los distritos de Jarillas, Astillas y Cerro Blanco en la III región. Poseen el Injenio de “Chañarcitos”, también suman los fundos “El telégrafo” en Vallenar y “Campusano” en la provincia del Maipo. “González, Izaga i Co” se convierten en los más importantes de la zona, incluso invierten para crear una estación de trenes cerca de sus minas para sacar mayor volumen de materiales minerales y luego transportarlos al puerto de Coquimbo donde construyen establecimientos industriales para finalizar procesos asociados a la plata y el cobre.
Hay un elemento que se destaca, y es que si bien la fortuna y riqueza acompaña a Aniceto Izaga es su conciencia social lo que hace que se gane además el respeto de los cientos de mineros e inquilinos de los fundos que trabajan para él. Crea colegios para los hijos de sus obreros, y participa en varias beneficencias para la asistencia pública. En algún momento de la vida él fue un hijo de esforzados inmigrantes que recibió educación y llegó lejos producto de su esfuerzo y convicción.
Más adelante se traslada a Santiago junto con la familia, y habitan la casa familiar en la calle Catedral 2489, en pleno Barrio Yungay. Desde 1884 figura como consejero de la Sociedad Nacional de Minería siendo incluso Vice Presidente, es allí donde coincide con otros vecinos como Casimiro Domeyko Sotomayor, quien sería fundamental en la fundación de la Novena, llegando a ser el segundo Capitán.
Su espíritu inquieto y altruista lo lleva a cooperar con una noble institución, «La Liga Protectora de los Estudiantes Pobres», hoy conocida como la Sociedad de Instrucción Primaria. Allí conoce a un profesor que le enseña a los hijos de los obreros en las noches, que además es abogado y político, Santiago Aldunate Bascuñán. Entablando una muy cordial relación.
En el “Barrio Yungay” eran habituales las tertulias, ya sea en la plaza o en las casas. Uno de los temas que más preocupaban eran los incendios, las compañías más cercanas demoraban en llegar, y al hacerlo el daño ya estaba consumado. Entre estos vecinos estaba Daniel González Julio, su cuñado, y otros familiares como los Fernández Julio, Tirapegui Julio y junto con ellos estaba Mateo Fabres, su yerno, quien se había casado con su hija Mercedes. También hay que considerar a sus hijos Aniceto y Tomás. Otros como los hermanos Ugarte, Carlos e Isaac tienen un rol importante. Su familia, amigos y cercanos estaban participando en pleno de este proyecto. La fraternidad es la base de nuestra fundación y característica de nuestro ser como Compañía.
Santiago Aldunate Bascuñán había sido bombero en la Segunda y Quinta Compañías, y con esta experiencia previa orientó una idea que se hacía realidad, formar una Compañía de Bomberos para el sector. Aniceto Izaga estaba convencido, apoyaría económicamente este tremendo esfuerzo, dejando grabado su espíritu en esta empresa social. Pero esta vez a diferencia de otras acciones, el sería parte, se pondría un uniforme de bombero, botas, guerrera azul y casco de cuero.
Dona su casa de Libertad con Santo Domingo para que se establezca la Compañía. Auspicia la modificación interna para que sea apta para el servicio. Gestiona la compra de la antigua bomba a vapor de la Quinta Compañía. Su mano generosa no dudó en dar recursos para que no hubiera trabas en el nacimiento de la Bomba Yungay. Participando en todas las instancias, participando en la comisión fundadora que decide el lema, uniforme y reglamento.
Cuartel de Libertad con Santo Domingo, residencia de Aniceto Izaga donada y adaptada para ser el primer cuartel, imagen del 1 de Enero de 1893.
Finalmente, un 4 de Junio de 1892 su idea por fin se concreta y se funda la Novena Compañía del Cuerpo de Bomberos de Santiago. Siempre había destacado como un hombre perseverante ante la vida y no se quedaría tranquilo, su aporte sería aún mayor.
Pero el infortunio lo golpea, a poco de la fundación, el 23 de octubre, fallece su hijo Aniceto Izaga González, quien se hiriera mortalmente mientras limpiaba un arma en su domicilio. Fue sepultado con todos los honores posibles.
En el intertanto dona caballos del fundo que tiene en Buin para que trasladen la bomba a palanca que tiene temporalmente la Novena y que posteriormente se usarían para la bomba a vapor. Otras tantas veces los caballos que estaban heridos se los llevaba a este mismo lugar para que se recuperaran sin un cobrar un solo peso a la Compañía.
Sus compañeros de bomba quieren reconocer los aportes de Izaga y en forma unánime y con grandes aplausos lo nombran como el primer Voluntario Honorario de la Compañía en la reunión del 26 de abril de 1893.
Junto con el Voluntario Hermenegildo Ceppi, quién era un Ingeniero Suizo, buscan una nueva locación para establecer definitivamente el Cuartel, idea que había surgido tras el primer aniversario. En su búsqueda encuentran un solar en las calles Compañía con Maturana. La Familia Izaga y González Julio donarían 20.000 pesos para su construcción y el Cuerpo de Bomberos de Santiago otra pequeña parte. Al momento de finalizarlo era el Cuartel más moderno, ya que no era una casa adaptada, sino que había sido diseñada exclusivamente para el servicio, contaba con su propio campanario, sala de máquinas y pesebreras.
Planos y fotografía histórica del Cuartel de Compañía con Maturana, 1894.
Aniceto Izaga dejaba su sello en cada cosa que hacía, y el Cuartel tiene una condición muy especial para su servicio que hasta el día de hoy está vigente. El 3 de abril de 1894, ante el Notario Florencio Márquez de la Plata se dona el terreno y edificio construido a la Ilustre Municipalidad de Santiago (ya que el Cuerpo de Bomberos no tenía personalidad Jurídica), con la condición de que sea entregado a perpetuidad a la Novena Compañía. En caso de que esta desapareciese la propiedad debe ser donada exclusivamente a la Sociedad de Instrucción Primaria para que se haga una escuela, si ellos no pudiesen hacerla la misma Municipalidad debe hacer una escuela pública para los más necesitados.
Nuevamente la desgracia golpea a la familia Izaga y en 1895 muere su esposa Edelmira. Aun así nuestro fundador siguió adelante, y con más ansias ayudó a los trabajadores y obreros que lo necesitaban, su mano ayudó a muchas familias.
Participa activamente en la comisión que construye el Cuartel General, su visión, opinión, capacidad de gestión son reconocidas por otros directores pese a llevar solo 4 años como bombero, su vida de éxitos comerciales y sus actos filantrópicos son su mejor aval. Las actas del Directorio reconocen todos sus méritos.
En 1896, se reconocen nuevamente sus virtudes y es elegido Vice Superintendente del Cuerpo teniendo como siempre una destacada gestión en materias económicas, acostumbrado ya por su experiencia empresarial, en especial en un momento crítico en que las arcas del Cuerpo flaqueaban y la continuidad del servicio voluntario estuvo en riesgo.
Nuevamente el Cuerpo de Bomberos reconoce su persona, y en 1899 es reconocido como parte del Consejo Superior de Disciplina y además el 19 de abril es nombrado Director Honorario. “El Sr. Supdte. recordó enseguida que entre los principales benefactores de la institución se cuenta actualmente al voluntario i Director de la 9ª Cia, Señor Aniceto Izaga, que en distintas formas, i siempre con el mayor entusiasmo ha cooperado valiosamente al sostenimiento del Cuerpo, empeñando asi la gratitud de este. Reseñó a continuación los servicios prestados por el Sr. Izaga, i propuso que, en señal de reconocimiento se le discierna el título de Miembro Honorario del Directorio.”
La Bomba Yungay sentía pleno orgullo por su fundador e incuestionable director, destacado en lo profesional, generoso con los más humildes y con un liderazgo en todas las esferas donde fuese participe, su futuro dentro del Cuerpo se veía participando en los más altos cargos. Nadie presagiaba lo que sucedería un 1 de agosto de 1899. Aniceto Izaga Costa fallecía a los 60 años.
Los relatos de la época no entregan las razones, solo que hubo consternación entre quienes lo conocían, en la familia, la Bomba, amigos, en sus empresas y principalmente en los cientos de obreros del mineral e inquilinos de la tierra que cuidó y procuró educar. No era un hombre más. Ni siquiera era un hombre de sus tiempos, donde aquellos que tanto tenían solo acumulaban desmedidamente.
El Sr. Superintendente del Cuerpo, Ismael Valdés Vergara, recordó los importantes servicios prestados a la institución por el Sr. Izaga, quien siempre unió a su ilimitada generosidad y el mayor entusiasmo bomberil. Lamentó en sentidas frases la pérdida del Sr. Izaga y para honrar dignamente su memoria propuso las siguientes indicaciones que fueron aceptadas tácitamente: asistencia al cementerio de todo el Cuerpo, según lo dispone el Reglamento General, la Compañía doliente concurrirá con todo su material; comisionar al Director de la 12ª Don Eduardo Guerrero Vergara, para que a nombre del Directorio use de la palabra en el acto de la inhumación.
Mercedes Izaga de Fabres, su hija representó a la familia para recibir las condolencias y las decenas de notas lamentado su partida. Impresionada se sintió cuando sintió por las calles de la calle catedral el marchar de botas y voces de mando que se acercaban. Al salir de su casa, vio al Cuerpo de Bomberos de Santiago formado en pleno, eran las 16 hrs. Del 2 de Agosto, quienes además venían con dos bandas de músicos del Ejército. Acompañarían al destacado hombre hasta el Cementerio General para dejar sus restos en el mausoleo familiar.
Los voluntarios de la Novena acordaron homenajear a Aniceto Izaga de una forma muy especial, a fines de Agosto de ese año, se decide cambiar el nombre de “Bomba Yungay” por el de “Bomba Aniceto Izaga Costa”, la decisión fue unánime, el directorio también ratificó en forma unánime, el 30 de Agosto de 1899. Las razones sobraban.
Aniceto Izaga Costa si bien nació en otra tierra y tuvo una gran fortuna, será recordado como parte de sus propias obras benéficas en su nueva tierra; un Bombero Voluntario chileno.
Como Director en la Oficialidad de 1893
Por: Voluntario Activo Daniel Raposo – Equipo Redes Sociales.
A continuación dejo les dejo la transcripción de los discursos dados en su funeral.
Don Eduardo Guerrero Vergara, Director 12° Compañía, a nombre del Cuerpo de Bomberos de Santiago:
Señores:
A dura prueba se ha encontrado sometido en estos últimos tiempos el Cuerpo de Bomberos de Santiago. Combatido por dificultades económicas que han amenazado su existencia, ha visto también como lo abandonaban, no por voluntad, si no para cumplir la lei ineludible del destino, alguna de sus más culminantes personalidades. Ayer enlutaba el cuerpo sus banderas por Dávila Larrain i Respaldiza, hoy por Aniceto Izaga, i hoi como ayer ese luto no es una vana formula sino que traduce el pesar que embarga nuestros ánimos por la pérdida de estos eminentes servidores de la institución.
Ingresó Izaga al Cuerpo de Bomberos al formarse la 9° Compañía, a cuya fundación contribuyó. Dirigió esta compañía con tino i discreción; en el directorio ocupó repetidamente el cargo de Vice Superintendente a lo que llevó el voto de sus compañeros justos apreciadores de su mérito i virtud.
Cumplía con celo y entusiasmo los deberes que los puestos que ocupaba le imponían, i no solo prestaba al Cuerpo sin limitación sus servicios personales, sino que con mano jenerosa acudía con frecuencia a remediar las necesidades de aquel. Con motivo de la construcción del cuartel de la 9° hizo al cuerpo cuantiosas donaciones que permitieron hacer este trabajo en esplendidas condiciones i contribuia al sostenimiento de la Compañía con suscriciones estraordinarias de considerable cuantía sin ostentación, desechando el mérito, de tal suerte que el directorio no se imponía de esta libertad sino por el examen de cuentas de la Compañía.
Títulos sobrados tenía, pues, el señor Izaga, aparte de sus distinguidas prendas personales al respeto i cariño que sus compañeros le profesaban; de aquí que estos lamenten con sincera pena la muerte de un amigo leal, del benefactor jeneroso de la institución.
No solo brilló Izaga en la modesta esfera del bombero; sus cualidades relevantes de inteligencia i carácter le permitieron distinguirse en un campo más vasto. Fue un titán del trabajo i del progreso. Se inició en la lucha por la existencia sin más armas que la intelijencia i la voluntad; pero llegó en pocos años, gracias a su esfuerzo perseverante, a la cúspide de la fortuna. Trajo la prosperidad a las empresas mineras, formó establecimientos de beneficencia que hacen honor al país; llegó a contar por millares los obreros que trabajaban a sus órdenes, a los que trataba con esmero, preocupándose siempre de su situación; así al mismo tiempo que hacia su fortuna el señor Izaga proporcionaba los medios de ganarse la subsistencia a una verdadera población, noble manera de hacer el bien que proporciona al industrial las más íntimas satisfacciones.
Aunque nació el señor Izaga en tierra estraña, amó a este país como su segunda patria i se arraigó este sentimiento al calor del hogar aquí formado. Tenía vivo interés por el progreso de Chile y contribuyó a él con sus grandes trabajos industriales i mineros i con sus consejos valiosos por la esperiencia adquirida en las instituciones promotoras del incremento de la producción nacional a que perteneció, como la Sociedad Nacional de Minería, la que lo distinguió en varios periodos con el nombramiento de Vicepresidente de ella. No escusaba su concurso a ninguna obra de adelanto, i acudía solicito de toda obra de caridad i instrucción que solicitaba su apoyo.
Raros son los hombres que como el señor Izaga unen las enerjías de carácter de los grandes luchadores, las palpitaciones jenerosas de un corazón caritativo que busca las ocasiones para hacer el bien i aliviar el dolor. Su muerte es llorada en muchos hogares; su memoria vive perdurable en el país que recibió sus beneficios. Todos se unen en un voto común para desearle paz en su tumba.
Don Manuel Antonio Prieto, a nombre de la Sociedad Nacional de Minería.
He sido honrado por la Sociedad Nacional d Minería con el doloroso encargo de dar el último adiós al que fue uno de sus miembros más distinguidos, a don Aniceto Izaga, cuya prematura muerte deja en ella un hondo vacío i un gran desconsuelo.
No es este el momento de hacer una biografía de hombre tan meritorio i de cualidades tan sobresalientes, pero si estimo que es un deber de los que hemos conocido su acción benéfica en la sociedad i la influencia que ha ejercido en el desarrollo de la riqueza nacional, presentarlo como un modelo, más aun, como una práctica de lo que puede una inteligencia despejada, unida a una perseverancia sin límites, a una voluntad de fierro i a un gran corazón.
Hijo de sus propias obras, Aniceto Izaga se elevó de la más humilde condición de fortuna al pináculo de la riqueza, conquistándose el honroso puesto de figurar en primera línea entre los industriales dedicados al desarrollo de la minería nacional, no logrando jamás hacerlo retroceder el desaliento, que por causas conocidas, poco menos que aniquilaron esa industria en épocas difíciles para Chile. El mineral de Carrizal, los asientos de Antillas, Jarilla, i Cerro Blanco son testigos del empeño, perseverancia i tino por él desplegados, persiguiendo la resolución de problemas, científicos i prácticos que han venido a desarrollarse con el tiempo, con un trabajo constante, con una labor incansable i con un resultado sorprendente.
He aquí, pues, el tipo del industrial minero, que aquel que busca, arranca i saca a luz, las riquezas escondidas en el suelo con voluntad inquebrantable i con tesón sin límites. Merecida coronación de tales afanes ha sido el fruto por él obtenido.
Pero, buscando la riqueza escondida en las entrañas de la tierra, la ha desparramado también a su alrededor, haciendo usufructuar de ella con jenerosidad a todo lo que estaba a su alcance. La escuela, la beneficencia, el progreso en toda forma, encontraron en él un entusiasta, franco i decidido cooperador, i aquí fue donde Aniceto Izaga reveló los dotes de un gran corazón.
Un hombre como Izaga es una gran palanca poderosa que mueve obstáculos, que echa los cimientos de una prosperidad real i efectiva en el país por medio del desarrollo de su riqueza, debido a toda su acción individual i sin recurrir jamás a favores ni a negocios oficiales. Unos pocos hombres como él i estoy cierto que la faz industrial del país, que nuestra minería, en pocos años quedaría transformada.
Como decía, la vida de Aniceto Izaga es un modelo i una enseñanza. Puede presentarse como un ejemplo digno de ser imitado en bien de la sociedad en que se desarrolló.
En nombre pues, de la Sociedad Nacional de Minería, que en este momento representa, los intereses mineros de todo el país, i en el mío propio, recibe, querido amigo, el último adiós.
Bibliografía:
“El Cuerpo de Bomberos de Santiago, Su labor y los hombres que fueron sus grandes servidores”. Roldan, Ernesto. Impresores El Imparcial. Santiago. 1938
“El Cuerpo de Bomberos de Santiago 1863-1900”. Valdés Vergara, Ismael. Impresores Babra. Valparaíso. 1900.
“Actas del Directorio 1894 – 1903”. Transcripción de Guillermo Villouta M. www.cbs.cl
“El libro del cobre i el carbón piedra en Chile”. Vicuña Mackenna, Benjamín. Impresores Cervantes. Santiago. 1883.
“Boletín de la Sociedad Nacional de Minería”. Número 32. Santiago, 31 agosto de 1899.
“Boletín de la Sociedad Nacional de Minería”. Número 85. Santiago. 30 noviembre 1895.
“Boletín de la Sociedad Nacional de Minería”. Número 39. Santiago. 31 diciembre 1891.
“Geografía descriptiva de la República de Chile”. Espinoza, Enrique. Ediciones Cámara Chilena de la Construcción. Santiago. 2013.
“Los ferrocarriles del Estado”. Núñez, Samuel. Imprenta Chile. Santiago. 1910.
Santiago, Agosto del 2020.