Para Alberto Thienel, desde la vereda de enfrente.
Mártir de la Novena Compañía de Bomberos, caído hace 4 años. Era Junio del 2012, eran días como hoy, con mañanas frías y brumosas, días grises y lluvias intermitentes. Hace un año que por razones familiares renuncié a la Compañía, pero seguía muy ligado pues hice amigos que hasta el día de hoy conservo, muy buenas personas que me ayudaron con mi hijo que había nacido con muchas dificultades, uno de ellos había sido Alberto Thienel.
El era un hombre mayor, de 71 años, thienel de buena conversación, simpático, sacrificado, iba a casi todos los incendios, y si bien por su condición física no podía hacer mucho, el estar ahí, con sus camaradas lo hacía muy feliz, y a todos los hacía muy feliz el tenerlo cerca, era un gran camarada. Entró a la Novena en 1962, luego como empleado bancario tuvo que dejar Santiago y estuvo un tiempo en Puerto Montt, donde fue voluntario de la Segunda Compañía Bomba Germania (dato: su bomba a vapor, la Waterous Engine Works canadiense se la habían comprado a la Novena de Santiago).
Muchos años después, ya siendo empleado bancario jubilado, vuelve a la Novena, a su lugar de juventud, y volvió de espíritu joven, pero físicamente su corazón no acompañaba a su fuerza de vida. Esa mañana hacía estaba haciendo clases y recibí un llamado, no sé porque sabía que era un llamado especial, era un mal presentimiento, mi gran amigo y también ex voluntario Ronie Menzel me avisaba que esa mañana hubo un incendio, en Pedro Aguirre con Buzeta, y que tras el incendio, cuando la Novena se retiraba ya Alberto caía al suelo producto de un infarto, en esos momentos estaba hospitalizado con riesgo vital.
Más tarde ese día todas las esperanzas de los bomberos y sus familias se desvanecían, Alberto no pudo más, había partido, el viejito se había ido como siempre había dicho que quería partir, con las botas puestas, fiel a sus ideales, vestido de Bombero Voluntario, con un casco con un 9 en la cucarda.
Luego se escuchó por las radios de todo el Cuerpo de Bomberos de Santiago ese terrible llamado: “Atención puestos 900” y las operadoras de la central dan la noticia con la voz entrecortada: “Se comunica el fallecimiento del Voluntario Alberto Thienel Yuraszeck de la Novena Compañía en acto del servicio”. Los más de 2000 bomberos del CBS escuchaban en silencio y dolor, en sus cuarteles o donde estuviesen el terrible comunicado.
El viejo fue velado en el cuartel, y la antigua creencia dice que cuando los bomberos mueren esa noche patean, o sea que salen incendios o llamados de gran magnitud. La noche que fue velado estaba a punto de llover, corría mucho viento. Esa noche fui a saludar a mis amigos y presentar mis respetos, al volver a casa la bomba sale a un llamado, que luego se convierte en incendio en la calle San Alfonso, de mi casa podía se podía ver, y mientras estaba en eso se ve otro incendio, se veía grande tanto como el primero, llegan las bombas y los portaescalas a Cueto con Santo Domingo, también dan la alarma de incendio. Ambos siniestros hicieron retumbar la noche con las sirenas de los carros, con las luminosas fumarolas de los incendios, luego de unas horas de trabajo ambos incendios desaparecieron casi simultáneamente, y casi inmediatamente a aquello cesó el viento y cayó una copiosa lluvia, cerré las cortinas, Alberto había partido. Quedaban aún las ceremonias, y los desfiles con los estandartes, y mientras mis amigos marchaban, quería estar con ellos y Alberto, pero ya no estaba, lo vi y viví todo desde la vereda de enfrente. Te recuerdo viejo y gracias otra vez por todo tu apoyo cuando mi familia sufrió, como siempre he dicho, tu muerte no se vistió de negro, se vistió de granate (el color de la Novena) y bronces brillantes.
Daniel Raposo
Ex Voluntario Novena Compañía