El escritor ruso León Tolstoi escribe la obra “Guerra y Paz” en 1869, un texto clásico de la literatura universal, donde relata los devenires de distintos personajes y sus familias en la Rusia del siglo XIX, especialmente en el periodo de la invasión de Napoleón. Es un texto con muchas preguntas filosóficas que se hacen los personajes respecto de los conflictos; en una de ellas, el héroe, Pierre Bezujov se pregunta; – ¿Por qué la gente mala se agrupa tan rápidamente y la gente buena no?
Fundada en 1892, la Novena Compañía ha destacado siempre por su fraternidad, por considerarse una familia, con todo lo que ello conlleva, se destacan los lazos que se crean, estos se han forjado en llamados y también en la vida de cuartel. La historia de Chile ha pasado por nosotros, con todos sus devenires, los que no han sido pocos. Periodos de guerra y paz, tal como en el libro, se han tenido que sortear difíciles escollos para mantenernos juntos y preservar el ideal original de servicio a la comunidad.
Un año antes de fundarse la “Bomba Yungay”, en 1891, Chile se debate en una terrible guerra civil, que enfrento a partidarios del Presidente Balmaceda y a partidarios del Congreso, los poderes del Estado, el Ejecutivo y el Legislativo estaban en pugna. Todo empeoró cuando las Fuerzas Armadas también se dividieron, el Ejército apoyó al Presidente y la Armada a los Congresistas. Un país en Guerra.
El Cuerpo de Bomberos de Santiago se vio gravemente afectado, hubo divisiones intestinas terribles en las compañías, muchos Voluntarios terminaron alejados del servicio, casi siempre no por voluntad propia. El servicio también se vio afectado, ya que las líneas telefónicas fueron cortadas y las alarmas de incendio debían ser autorizadas por el Intendente de Santiago. Así sucedió el tristemente famoso incendio de la Unión Central en 1891.
Una de las batallas finales de este conflicto fue la de “Con-Con y Placilla”, la que enfrento a los bandos antagonistas. Uno de los personajes más importantes de este conflicto fue Santiago Aldunate Bascuñan, quien fue nombrado por los congresistas como comandante del 9° Regimiento de Línea, en esta batalla pelean por ambos bandos muchos bomberos y ex pertenecientes al Cuerpo. Finalmente Aldunate termina herido y con una parcial invalidez. Un año después será el primer Capitán de la Novena Compañía de Bomberos de Santiago.
(Santiago Aldunate B.; fila del medio; primero de izquierda a derecha)
El 29 de agosto de 1891, tras el triunfo congresista en dicha batalla, no quedaban fuerzas de orden (policiales ni militares) en Santiago, el cual se veía afectado por una ola de saqueos e incendios. El gobierno interino comandado por el General Baquedano, solicita la ayuda del Cuerpo de Bomberos de Santiago para restablecer el orden de las calles, esa vez cambiaron pitones por fusiles, ya que había que contener a hordas de personas que atacaban las posesiones de los partidarios del presidente, bando que había perdido.
Se acaba la guerra y vuelve la paz. Testigos de tanta destrucción fue un grupo de familiares, vecinos, amigos e interesados que fundan la Bomba Yungay. Aún con las cicatrices abiertas de lo sucedido en Chile. Las posiciones políticas quedarían fuera del cuartel, las pasiones de las convicciones quedarían también fuera. Se formaba una nueva asociación y los ideales debían ser los bomberiles, no otros.
La Novena ha alojado en sus filas a todos los hombres que quieran entregar su servicio a la causa de la protección de la vida y bienes de los ciudadanos de la República. Estos voluntarios vienen de todas las capas de la sociedad, con distintos niveles de estudios, con pensamientos de todo tipo, incluso extranjeros. De hecho nuestro fundador, es un hijo de vascos nacido en Perú y luego nacionalizado chileno, Aniceto Izaga Costa.
La familia granate de bomberos fue testigo de cómo Chile vivió tremendas crisis sociales, como la “Huelga de la Carne” (1906), donde en medio de manifestaciones por el precio de la carne y con la participación de varios grupos políticos que aprovecharon la coyuntura se produjeron grandes desmanes. Otra vez saqueos, incendios y destrucción. El 23 de Octubre de 1906 los bomberos debieron salir a las calles, iban armados a velar por el orden. La Novena debía cuidar la calle Amunategui desde la Alameda al río Mapocho.
Luego vino “La caída del Presidente Ibáñez” (1931), “Huelga de la Chaucha” (1949) y la más reciente crisis de 1973, pero la voluntad de ser actores de paz mantuvo unida a la Compañía, no se habla de política, se respetan las perspectivas, los diálogos y debates quedan para el fuero interno.
Hoy nuevamente Chile se enfrenta a un estallido social que no sabemos cuándo terminará. Los bomberos han tomado el camino de la paz, no el de la guerra. Somos críticos, ya que seguimos representando distintos orígenes sociales, pero eso no ha hecho mella en nuestro servicio, profesional y voluntario. Aquello que nos une es más fuerte de lo que nos separa.
Y finalmente la respuesta para Pierre Bejuzov es que si, la gente buena se reúne, y en el barrio Yungay esto sucede desde el 4 de Junio de 1892 cuando se funda la Novena Compañía del Cuerpo de Bomberos de Santiago. Una familia en la guerra y en la paz.
Por: Daniel Raposo Z. – Voluntario Activo “Bomba Yungay”