Desde que se inició la emergencia sanitaria por Covid 19, han ocurrido diversas emergencias mediáticas en centros habitacionales con mediano y alto grado de hacinamiento. Curiosamente, muchos medios de comunicación han usado de forma indiscriminada el concepto «Cité» para referirse a lugares donde habita más de una familia, no acertando en un número importante de casos. Respecto a este error conceptual, quienes respondemos a estas emergencias, ¿sabemos cuál es la diferencia entre un cité y otras tipologías habitacionales? y más importante aún ¿Por qué es relevante que sepamos diferenciar las distintas tipologías habitacionales?

En el presente artículo profundizaremos en algunas tipologías arquitectónicas de vivienda, para establecer sus diferencias y reconocer los beneficios que este conocimiento puede traer al momento de planificar el trabajo antes y durante una emergencia.

La evolución de las ciudades ha condicionado en gran medida la preparación y procedimientos de sus respectivos bomberos y, la forma de habitar en ellas, define algunos de los riesgos a los que se ven expuestos tanto ciudadanos como quienes respondemos a las emergencias. A continuación, repasaremos las principales tipologías habitacionales del casco Histórico de Santiago construidas hasta mediados del siglo XX y que es posible encontrar todavía en nuestro sector de primera respuesta.

 

  1. VIVIENDA PARTICULAR
    (1 predio, 1 familia por vivienda y espacios de servicios privados)

Es el concepto más básico y menos denso de habitar.  En el caso del casco histórico de Santiago, para aumentar la densidad, se empleó un sistema en el cual se situaba una vivienda por piso, cada una con su acceso independiente desde la calle.

 

  1. CITÉ
    (múltiples predios, una familia por vivienda y espacios de servicios privados)

Es una tipología de vivienda colectiva que permitió densificar hacia los espacios interiores de las manzanas y mejorar las condiciones de sanidad urbana. Su configuración permite que cada familia tenga su propia vivienda, con adecuada ventilación y espacio para lavadero, compartiendo únicamente un espacio de circulación para acceder a cada vivienda.

 

  1. PASAJE
    (múltiples predios, una familia por vivienda y espacios de servicios privados)

Mismas características del cité, pero donde el espacio de circulación común cruza de lado a lado la manzana, es decir, presenta un acceso a cada extremo. De esta forma, el espacio común cumple un rol público que puede ser aprovechado para transitar por personas o vehículos en algunos casos, que no necesariamente residan en el pasaje.

 

  1. CONVENTILLO
    (1 predio, múltiples familias por vivienda y espacios de servicios compartidos)

En respuesta al déficit de vivienda y ante la carencia de soluciones habitacionales populares, surgió una tipología de vivienda colectiva, donde habitaban múltiples familias en una misma propiedad. Estos a veces eran viviendas particulares adaptadas o bien construidas para este fin, en ambos casos se disponían habitaciones por el perímetro del predio, dejando un espacio central a modo de patio común y donde el baño y cocina eran de uso compartido.

Las condiciones de habitabilidad en esta tipología eran muy precarias, muchas veces no contaban con agua potable ni alcantarillado. En 1906 se promulga la Ley de Habitaciones Obreras, dando inicio a una serie de leyes que buscaron mejorar las condiciones de higiene en las ciudades chilenas.

En la actualidad, el déficit de vivienda es un problema aun no resuelto en nuestro país, razón por la cual han aflorado nuevos tipos de vivienda colectiva informal, ya sea sub arrendando habitaciones de antiguas viviendas particulares o bien autoconstruyendo viviendas en sitios eriazos, en dichos casos algunos profesionales del área de las ciencias sociales y el urbanismo han propuesto el concepto de «neoconventillos», por su similitud espacial, precariedad y condición de hacinamiento con esta tipología.

Manzana actual del barrio Yungay compuesta por distintas tipologías habitacionales.

 

Saber reconocer las tipologías expuestas en este artículo y estar familiarizado con sus características, configuración espacial y su forma de uso, es clave para reconocer riesgos en caso de incendio, tomar decisiones estratégicas en virtud de las lógicas de comportamiento del fuego, optimizar trabajos de control de propagación, ventilación y búsqueda y rescate de personas.  Además, permite entregar información radial precisa a la central, orientando de mejor manera a las tripulaciones que se dirigen al lugar del incendio y permite discernir si es requerido material de altura para trabajar.

Finalmente, en el actual contexto de pandemia que estamos viviendo, reconocer las tipologías habitacionales nos permite tomar mejores resguardos de cercanía a los afectados, para reducir riesgos de contagio de Covid 19, tanto para los voluntarios que responden a la emergencia, como entre los mismos residentes afectados.

 

 

Por: Alejandro Cabrera Araya – Voluntario Honorario